Brevemente les platico que el vino alemán cuenta con uno de los mejores controles de calidad del mundo. Dentro del grupo de vinos de Calidad o "Pradikat" las uvas son escogidas una por una, de racimo en racimo, para elaborar 6 tipos de vino diferentes. Vinos maravillosos, dulces y secos, con un espectro de aromas y sabores magnífico que realmente no podemos dejar de probar. Así que no hay que dejarse intimidar por los complicados nombres alemanes que aparecen en la botella, y hay que acercarse a ellos. Yo nunca imaginé que me podía llegar a enamorar de un alemán :) y ¡acá les presento a dos!
- Gunther Steinmetz 2008. Brauneberger Juffer. Riesling, Kabinett-Feinherb Mosel.
Bueno, para que se vayan familiarizando con los vinos de calidad alemanes les comento tres detalles de esta etiqueta. Riesling se refiere a la uva, una de las variedades más importantes en la elaboración de vinos alemanes, y el ícono que los identifica a nivel mundial. Kabinett se refiere a la cantidad de azúcar que contenía la uva cuando fue cosechada, en este caso la clasificación de menor concentración. Y Mosel, la región vinícola al suroeste del país y la más importante.
Bueno, ahora De LLeno Con el Vino...
El color es un amarillo pálido con reflejos verdosos, y ahora vamos con la maravilla de estos vinos, la nariz. En este vino se perciben aromas difíciles de encontrar en un vino blanco como frutos rojos frescos como fresas, y también flores como violetas, ¿se imaginan?, pero además continuando con los aromas terciarios, también se perciben aromas especiados del lado del clavo y la canela. En la boca, es un vino seco, de cuerpo ligero y siendo un Riesling, no podría faltar la elevada acidez que se balancea con las notas minerales, de limón y el característico aroma a petróleo. Y no hay que asustarse cuando encontramos notas químicas en un vino. En este caso, forma parte de la complejidad de este vino y resulta muy agradable.
- Von Hovel 2007 Oberemmeler Hutte Riesling, Spätlese. Saar
Ahora el vino, en la copa es un vino amarillo pálido, casi incoloro y bien brillante. La nariz es bien afrutada, encontrando frutas blancas y delicadas como la pera y un toque de miel. La boca es súper agradable, a pesar de ser un vino seco, se reconoce una delicada nota dulce y acaramelada. Este vino me recuerda a esos caramelos con sal de mar que junto con la gran acidez, ¡guau! no podía dejar de recomendárselos.
La dulzura de este vino se me antojó maridarla con una curry amarillo tailandés, para combinar los dulce y ácido del vino con lo picosito del curry…hmmm, ¡que rico!
¡Qué los disfruten y De Lleno Con el Vino!
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