viernes, 27 de enero de 2012

Vol. 3 Vinos de la Borgoña. Francia
Súper complicado escoger los vinos de los que les quiero platicar esta vez.  Tuve la gran oportunidad de probar cosas increíbles esta semana, y bueno me decidí por estos dos, por lo pronto. Los dos son franceses provenientes de la Borgoña (Bourgogne). Los escogí  básicamente por dos razones, una por que son clásicos ejemplos de la región a la que representan (uno de los objetivos de este blog),  y la otra es que los tres tienen “tanta tela de donde cortar” que me es más fácil poder describirlos para ustedes!
 Empecemos entonces por decir que lo importante por ahora para comprender a la Borgoña, es que la gran mayoría de los vinos de esta región son producidos con la uva Pinot Noir para los tintos y la uva Chardonnay para los blancos, casi que no hay de otra, y rara vez encontraran esto escrito en la etiqueta. Así que cuando vean que dice Gran Vin du Bourgogne, esperen que el vino provenga de una de estas dos uvas, y para saber de cual exactamente, ¡sólo vean el color del vino dentro de la botella! 
  •    Marc Colin et Fils, 2004. Chassagne-Montrachet1er Cru Les Caillerets. Côte de Beaum.
Este vino blanco es todo lo que un chardonnay debe de ser: delicado aroma, perfecto balance y gran elegancia. En nariz encontramos desde las notas clásicas de la uva como limón amarillo y manzanas verdes hasta las que le da la madera como mantequillas, caramelos y vainillas. Además, la evolución de este vino nos permite también encontrar aromas terciarios, como tierra y eucaliptos. En la boca  por supuesto podemos encontrar todo esto balanceado con una acidez media y un cuerpo ligeramente untuoso. El final es larguísimo y afrutado, ideal para maridarlo hasta con un lomo de cerdo a la parrilla.
¡Perdón por la falta de foco de la foto!

  •   Joseph Drouhin 2009 Chambolle-Musigny. Côte de Nuit.
 
 Si tienen curiosidad por saber de qué se trata un Pinto Noir francés, este vino es un ejemplo perfecto. La uva Pinto Noir se caracteriza por mostrar colores de muy baja intensidad, como en este caso. Y las tonalidades son hermosas, en serio se los digo; imagínense un tono fresa con reflejos violetas y bien brillantes en su copa y después… la gran sorpresa en un vino que por su baja intensidad parecería “diluidón”, la potencia en la nariz y en la boca es espectacular, la nariz la califico como reconfortante, encontré frambuesas cubiertas con azúcar morena y cerezas, y además especiado. Los taninos en boca son suaves, con una muy agradable acidez. Cuando lo estábamos catando una amiga mencionó maridarlo con salmón a la parrilla con una capa de sal de mar y pimienta, y me pareció perfecto. Por otro lado les platico que los clásicos platillos franceses Coq au Vin (pollo al vino tinto) y Boeuf Bourginon son los maridajes casi que diseñados para este vino, o tal vez haya sido al revés. Cómo diría mi marido, ¡quién sabe!

Como pueden ver, estos dos vinos son un gran ejemplo de que el maridaje de un vino tinto no necesariamente tiene que ser una carne o en el caso de un vino blanco un pescado. Al maridar se vale jugar con las texturas, la dulzura, la acidez y  los contrastes.

Bueno pues, y si tienen preguntas de éstas u otras regiones, yo encantada de conversar con ustedes por aquí. Si tienen un tema en particular del que quieran saber un poquito más, también hagan sus comentarios y yo me pongo a investigar. Por cierto, para poder recibir las actualizaciones semanales, agreguen su correo en la página principal. Y de lleno con el vino...!

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